Como muy pocas veces se dan, las aperturas en la agenda académica de un estudiante, me abalanzo hacia las redes, de internet buscando algo entretenido que leer.
Para no sentirme tan alejado del psicoanálisis – que como estudiante de la UNAB crea cierta sensación de traición al leer de otras corrientes – me largue a buscar artículos al azar. Con las vueltas de la vida y una conexión de 2 megas, llegué a un título que sonaba intrigante: "El Psicoanalista Virtual".
Para no sentirme tan alejado del psicoanálisis – que como estudiante de la UNAB crea cierta sensación de traición al leer de otras corrientes – me largue a buscar artículos al azar. Con las vueltas de la vida y una conexión de 2 megas, llegué a un título que sonaba intrigante: "El Psicoanalista Virtual".
A modo de introducción la página explica que este es un programa de procesamiento de lenguaje natural llamado Eliza, código desarrollado por Joseph Weizembaum del MIT en los 60s. Continúa el autor de la página, explicando que esta ventana de diálogo representa "[...] a un psicoanalista virtual. Podrás contarle tus problemas y te responderá según esta premisa inicial". Aunque una parálisis inicial me embargó, sin siquiera pensarlo, ingresé un "hola!", quizás a modo de interrogante, quizás esperando una respuesta 'robótica'.
Mientras esperaba la respuesta, mi mente viajó rápidamente hasta esa película llamada "Yo, 
Robot", protagonizada por Will Smith (El Principe de BelAir), donde se ve una civilización humana complemtamente sostenida por robots o cyborgs con inteligencia artificial, donde uno de ellos parece complejizar su comportamiento con emociones, sentimientos y juicios de moral y ética. El escalofrío recorrió a rienda suelta, y opté por un buen mecanismo de defensa neurótico, miré mi computador y sonreí con cariño.
De todas maneras, creo que no estamos tan lejos de la premisas iniciales, tanto de el psicoanalista virtual, como de una sociedad sostenida, o dicho sea paso, sustentada por tecnología autosuficiente. A mi juicio la ciencia ficción abre un espacio en el imaginario, donde novelas sobre hombres que volaban, inspiró de alguna forma a los aviones, ¿por qué no es posible que películas como "Matrix", "Odisea del Espacio" o "Yo, Robot", sean plausibles bosquejos de nuestro futuro como civilización? Imagínense, un universo donde ya no seamos los protagonistas de lo que llamamos civilización... ¡ALTO! El delirio llega hasta acá.
Robot", protagonizada por Will Smith (El Principe de BelAir), donde se ve una civilización humana complemtamente sostenida por robots o cyborgs con inteligencia artificial, donde uno de ellos parece complejizar su comportamiento con emociones, sentimientos y juicios de moral y ética. El escalofrío recorrió a rienda suelta, y opté por un buen mecanismo de defensa neurótico, miré mi computador y sonreí con cariño.De todas maneras, creo que no estamos tan lejos de la premisas iniciales, tanto de el psicoanalista virtual, como de una sociedad sostenida, o dicho sea paso, sustentada por tecnología autosuficiente. A mi juicio la ciencia ficción abre un espacio en el imaginario, donde novelas sobre hombres que volaban, inspiró de alguna forma a los aviones, ¿por qué no es posible que películas como "Matrix", "Odisea del Espacio" o "Yo, Robot", sean plausibles bosquejos de nuestro futuro como civilización? Imagínense, un universo donde ya no seamos los protagonistas de lo que llamamos civilización... ¡ALTO! El delirio llega hasta acá.
¿Está cansado de que su analista se duerma en las sesiones?
¿Siente que en cualquier momento, se levanta y lo golpea?
No desespere... pruebe "ANALISTECH"... ¡ llame ya !
Por J. Dejeas
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